Queda una semana para que la sonda de la NASA New Horizons sobrevuele Plutón y, poco a poco, el puntito de luz que descubrió Clyde Tombaugh en 1930 empieza a parecerse a un planeta. Las últimas imágenes que llegan desde los confines del Sistema Solar, aún borrosas, muestran un mundo rojizo con manchas que hacen volar la imaginación de los científicos. En los próximos días, las fotografías ganarán en nitidez y aportarán cada vez más información, también de su mayor luna, Caronte. Ayer, el último explorador planetario estaba aún a nueve millones de kilómetros de Plutón, pero ya había recorrido 4.700 millones desde la Tierra.
A esa distancia, New Horizons necesita cuatro horas y media para enviar y recibir señales de radio desde la Tierra, nueve horas en total. Ese tiempo de suspense es el que tuvieron que soportar los responsables de la misión el pasado sábado 4 de julio, cuando en el centro de control del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, en Maryland (EEUU), se perdió la señal del artefacto. Entre la 1.54 p.m., hora local, y las 3.15, New Horizonsestuvo sola, pero desde entonces los ingenieros han podido comprobar que solo fue un problema menor.
El próximo martes, el artefacto llegará a aproximarse hasta 12.500 kilometros de Plutón. La sonda más rápida de la historia (llegó a la Luna en 9 horas frente a los tres días que necesitaban las misiones Apolo) centrará sus siete instrumentos en recoger toda la información posible durante una única pasada. En ese momento habrá alcanzado el punto culminante de un viaje que comenzó en enero de 2006, cuando aquel mundo más allá de Neptuno aún era un planeta. Pocos meses después, en agosto, la Unión Astronómica Internacional votó para descender a Plutón a la categoría de planeta enano.
Con el descubrimiento de nuevos cuerpos celestes como Eris, mayores que Plutón y más allá de su órbita, el nuevo planeta enano pasó a convertirse en uno de los habitantes del cinturón de Kuiper, una amplia región en el extremo del Sistema Solar habitada por pequeños cuerpos helados que nunca lograron unirse para formar un planeta mayor. Algunos de estos mundos serán el siguiente objetivo de New Horizons cuando rebase Plutón.
En los próximos días, no obstante, aún acechan riesgos. Pese a su pequeño tamaño (es menor que la Luna), Plutón cuenta con cinco satélites. Los responsables de la misión plantean incertidumbres sobre el entorno que se encontrarán cuando se aproximen a su objetivo. Alan Stern, director del proyecto, espera que cuando crucen la órbita de Caronte, su fuerza gravitatoria haya limpiado aquel espacio de objetos peligrosos. Un trozo de hielo o roca diminuto, del tamaño de un grano de arroz, atravesaría el fuselaje de New Horizons poniendo en peligro su integridad.
Las últimas fotos de Plutón, las mejores de la historia, serán superadas en los próximos días durante un acercamiento único en la misión que completa la exploración del Sistema Solar. Además de instrumentos científicos, a bordo de New Horizons viaja un puñado de las cenizas de Clyde Tombaugh. La escasa fuerza gravitatoria del planeta no será suficiente para que la sonda que le acerca al mundo que descubrió quede atrapada en su órbita. El 14 de julio, se acercará y pasará de largo camino hacia los mundos de hielo lejanos que le arrebataron la gloria planetaria.
Fuente: elpais.com
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