Por Froilán Fernández @froilan
Exactamente a los 10 años del lanzamiento del primer iPhone, Apple estaba obligada a presentar una nueva versión de su producto estrella, que no solamente tuviera más memoria o mayor resolución de pantalla que los vigentes iPhone 7 y iPhone 7 Plus, sino que hiciera honor al smartphone que hace una década revolucionó la industria móvil, sacó del mercado a contendores de mucha fuerza como Nokia y Blackberry y transformó en gran medida la manera en que las personas trabajan, se comunican y se divierten.
Puede existir desacuerdo sobre si la empresa de la manzana logró o no ese objetivo, pero el nuevo iPhone X (pronunciado iPhone Ten), casi sin bordes que limiten su pantalla de 5,8 pulgadas y sin botón de inicio, trae suficientes elementos innovadores, algunos de los cuales también están presentes en los otros dos nuevos modelos.
Con éstos, Apple da un salto en la numeración usada hasta ahora: en vez de llamarles iPhone 7S e iPhone 7S Plus, Apple los denominó iPhone 8 y 8 Plus, respectivamente, tal vez para no quedar rezagado ante su principal competidor, el Samsung Galaxy 8.
Mírame a la cara
La pantalla de 5,8 pulgadas del iPhone X, si bien va prácticamente de borde a borde, presenta una muesca en la parte superior, en negro, que es justamente donde van las cámaras que actúan para el reconocimiento del rostro del usuario y autorizar la operación del teléfono.
Las cámaras capturan una imagen del rostro después de analizar unos 30 mil puntos del mismo, incluyendo la profundidad. Es con este mapa en tres dimensiones que la tecnología realiza el reconocimiento posterior del rostro, independientemente de si el usuario, por ejemplo, cambia de peinado, lleva sombrero, bufanda o lentes.
Junto a esta innovación, la más llamativa del nuevo iPhone X, hay otras de menor utilidad como los emojis animados, o “animojis” que adaptan las diferentes expresiones a la de su propia cara, lo que implica una personalización de las morisquetas y guiños. Pero sólo funcionan entre dos iPhone X.
Puerta al pasado
Si el iPhone X le resulta demasiado novedoso, o excesivamente costoso, y quiere interactuar con iPhones del viejo estilo, con el familiar botón de inicio, Apple renueva los iPhone 7 y iPhone 7 Plus, a los que bautiza como iPhone 8 y 8Plus, respectivamente.
Estos modelos comparten algunas tecnologías con el iPhone X como la carga inalámbrica, el nuevo chip procesador A11 y el soporte para aplicaciones de realidad aumentada.
Estos modelos llegarán el 22 de noviembre y tienen un precio ligeramente más razonable que el del iPhone X, que arranca en $999: el iPhone 8 comienza en $699, de acuerdo al almacenamiento escogido, mientras que el 8 Plus se inicia en $799. Con cinco modelos disponibles en las tiendas de Apple a partir de noviembre (los dos iPhone 7, los nuevos “8” y el iPhone X), quienes no tengan problemas con adquirir la penúltima tecnología pagarán menos por los de menor rango, respectivamente $549 y $669 por los modelos 7 y 7 plus.
Los iPhone 8 y 8 Plus
El iPhone X es ahora el modelo de tope de gama de Apple. Pero los nuevos modelo 8 y 8 Plus comparten con el iPhone X el procesador A11 Bionic e incluyen mejor cámara que el 7 y 7 Plus respectivamente.
Las nuevas cámaras de 12 megapixels tienen un sensor en el que cada pixel captura más información, y es también más rápido.
Por su parte, el nuevo procesador A11 Bionic tiene seis núcleos procesadores en vez de cuatro, dos de los cuales se han diseñado para aumentar la eficiencia. Con más núcleos, los iPhone 8 y 8 Plus podrán realizar más tareas simultáneas sin perder en desempeño.