Con 16 días por delante para el pitazo inicial de Brasil 2014, este coincidencialmente el mayor número de tarjetas mostradas por un árbitro en un mismo juego. El portal FIFA.com refiere que ese récord de 12 amarillas y 4 rojas se vieron en el choque de octavos de final entre Portugal y Países Bajos en la edición de Alemania 2006.
El encuentro, que pasó a conocerse como “la batalla de Núremberg”, deparó el triunfo de Portugal por 1-0, y ambos equipos acabaron con 9 jugadores merced a las expulsiones de Costinha, Deco, Khalid Boulahrouz y Giovanni van Bronckhorst.
Como contrapartida, dos campeonatos enteros (las Copas Mundiales de la FIFA 1950 y 1970) transcurrieron sin que ni un solo jugador se marchase a la ducha prematuramente por indicación del árbitro.