Por Ignacio Serrano
@IGNACIOSERRANO
Willians Astudillo es un receptor venezolano que firmó con los Tigres de Aragua y finalmente se hizo célebre con los Caribes de Anzoátegui.
Creció en el norte como jugador de Ligas Menores de los Filis de Filadelfia, pero es ahora que cosecha los frutos de su trabajo como nuevo bigleaguer en la embajada nacional.
Astudillo ganó fama en la más reciente temporada de la LVBP como uno de los más difíciles bateadores en el poderoso lineup de la tribu.
Con una dosis de poder en el madero y gran capacidad para chocar la pelota, este jugador, que ha evolucionado en patrullero, primera base y antesalista, es quizás el pelotero criollo más difícil de ponchar hoy por hoy.
Acaba de imponer un récord con los aborígenes, al convertirse en el primer toletero con una temporada de 200 turnos al bate y menos de cinco abanicados.
Así pavimentó su ascenso a las Mayores con los Mellizos de Minnesota, que le llamaron a la gran carpa intrigados por su potencial ofensivo.
Bateo sobre .300 a su paso por las distintas categorías, hasta finalmente recibir el llamado el 29 de junio, exactamente el día en que se cumplían los primeros tres meses de la campaña.
Astudillo se acomodó en el jardín izquierdo de los orientales al no tener otra posición dónde jugar con esa novena. Allí consiguió el sitio donde desplegar su sorprendente capacidad para poner la pelota en juego y ayudar a su causa.
Hoy, como tercer catcher de los gemelos, busca el chance para demostrar a todos lo difícil que es para cualquier serpentinero ajusticiarlo por la vía de los tres strikes.
