José Félix Ribas, blanco criollo comprometido con la Independencia de Venezuela. Fue protagonista fundamental del proceso de Independencia y también víctima de la violencia de la guerra.
Por Inés Quintero | @inesquinterom
Miembro de las principales familias de Caracas, fue protagonista fundamental del proceso de Independencia y también víctima de la violencia de la guerra. Nacido en Caracas, en 1775, a los 24 años contrajo matrimonio con María Josefa Palacios, hermana de la madre de Simón Bolívar y se ocupó de la administración y producción de sus haciendas.
En 1808, cuando llegaron las noticias de la invasión de Napoleón a la península y de la abdicación de los reyes borbones, se vinculó con la llamada Conjuración de los mantuanos, movimiento que se propuso, sin éxito, formar una junta. Fue sometido a prisión junto con otros criollos y finalmente declarado inocente.
En 1810, participó en la formación de la Junta Suprema de Caracas como diputado por los pardos, desde entonces se comprometió activamente con la causa republicana. Estuvo al frente del batallón de milicias de blancos de Barlovento; combatió bajo las órdenes de Miranda, fue Comandante militar de Caracas y, en 1812, al caer la República, se refugió en la Nueva Granada.
En 1813 acompañó a Simón Bolívar en la Campaña Admirable y nuevamente ocupó la Comandancia militar de Caracas. Bajo su conducción, un nutrido número de estudiantes de la universidad y del seminario fue incorporado al ejército patriota para combatir en la batalla de La Victoria, el 12 de febrero de 1814.
En el sigo XX esa fecha fue consagrada como el Día de la Juventud. Ese mismo año se enfrentó a las fuerzas realistas al mando de José Tomás Boves en la batalla de Urica pero fueron derrotados. Se retiró a la zona de los llanos, fue capturado y ejecutado en Tucupido el 31 de enero de 1815. Su cuerpo fue descuartizado y su cabeza enviada a Caracas y expuesta en una jaula de hierro en el sitio conocido como Puerta de Caracas.