Desde 1810 Santiago Mariño se incorporó a la causa independentista, organizando y financiando una expedición armada para recuperar el control de los territorios del oriente venezolano.

Por Inés Quintero | @inesquinterom

Nació en la isla de Margarita, en 1788. Hizo sus primeros estudios en Trinidad, lugar de residencia de su familia. Regresó a Margarita en 1808, al morir su padre, para encargarse del patrimonio familiar. Desde 1810 se incorporó a la causa independentista. Al caer la Primera República, organizó y financió una expedición armada para recuperar el control de los territorios del oriente de Venezuela. Como jefe del ejército oriental se enfrentó a la propuesta de Simón Bolívar de establecer una autoridad única para la conducción de la guerra. Esta disputa estuvo presente entre Bolívar y Mariño, durante los años de la guerra y se expresó en numerosas ocasiones: en 1816, durante la expedición de Los Cayos, en 1817, cuando se reunió el congreso de Cariaco y en la antesala del fusilamiento de Manuel Piar.

Estas diferencias no afectaron su compromiso con la Independencia, participó en numerosas campañas, combatió en Carabobo y se mantuvo en Venezuela hasta el fin de sus días. Durante los años de la República de Colombia fue actor fundamental de los movimientos separatistas que promovieron la disolución de la unidad colombiana.

A partir de 1830 fue protagonista de las disputas de poder que tuvieron lugar en Venezuela. En 1835, al perder la elección presidencial, promovió con otros jefes militares la Revolución de la Reformas, contra el presidente José María Vargas; no tuvieron éxito. Aspiró nuevamente a la presidencia en 1850, sin resultados. Después de un nuevo alzamiento contra los Monagas, fue sometido a prisión y liberado dos años después. Retirado de la vida pública, se estableció en La Victoria hasta su fallecimiento, en 1854. Una completa biografía sobre su trayectoria militar y política fue escrita por Caracciolo Parra Pérez en ocho tomos documentados.