Por: Jessica Morales @jessicamoralesh
Nuestra cuenta corriente, cuenta de ahorro, tarjetas de débito y crédito son productos financieros personales e intransferibles que están a nuestro nombre, por lo tanto, debemos protegerlos y ser responsables de sus operaciones. Permitir que otras personas los manejen implica serios riesgos.
Al facilitar la cuenta bancaria a terceros se pierde el control sobre el origen y el destino de los fondos. Podría ingresar por ejemplo, dinero proveniente de actividades ilícitas y el cliente titular podría verse involucrado en una investigación penal por delito de Legitimación de Capitales.
Es importante usar la cuenta con gran atención, responsabilidad y consciencia. Procurar saber quién es y a qué se dedica esa persona o empresa de la cual se recibe dinero.
Revisemos constantemente los movimientos de nuestra cuenta bancaria, y en caso de identificar una operación sospechosa o desconocida debemos reportarla de inmediato a nuestra institución financiera.
En caso de realizar una transacción inusual a través de la cuenta corriente o de ahorro, es importante:
- Acudir a la agencia e informar sobre la operación inusual
- Llenar la declaración jurada de origen y destino de los fondos.
Resguardemos nuestros documentos y datos de identificación para evitar que terceras personas puedan usurpar nuestra identidad para abrir y movilizar cuentas bancarias con fines ilícitos.
Tengamos presente actualizar periódicamente en nuestro banco datos como dirección, teléfono y actividad económica. Contar con la información correcta es fundamental para lograr transparencia en el manejo de los productos financieros y evitar riesgos.