Figura clave en la transformación de la universidad y en la modernización de los estudios médicos. José María Vargas en su desempeño político constituye referente icónico como defensor de los principios republicanos.
Por Inés Quintero * | IG @inesquinterom
Nacido en La Guaira el 10 de marzo de 1786, José María Vargas obtuvo su doctorado en medicina en 1808 y se estableció en Cumaná. Comprometido con la independencia fue sometido a prisión en 1812. Al año siguiente viajó a Londres y permaneció en Europa ampliando su formación.
En 1819 fijó residencia en Puerto Rico, se dedicó a la medicina y a la investigación botánica, regresó a Venezuela en 1825, se incorporó como docente en la Universidad de Caracas y desarrolló un importante proceso de reformas en los estudios de medicina. En 1827 fue designado rector y participó en la elaboración de los estatutos republicanos de la universidad. Participó en la fundación de la Sociedad Económica de Amigos del País, lugar desde el cual defendió sus ideas liberales sobre el trabajo y la prosperidad económica y fue diputado del Congreso Constituyente que sancionó la creación de la República de Venezuela en 1830.
Elegido presidente de Venezuela en 1834, se convirtió en el primer civil de la historia republicana en ocupar la primera magistratura. Derrocado por un movimiento armado -la Revolución de las Reformas– se enfrentó a los alzados haciendo valer sus firmes convicciones republicanas y civilistas. Restituido a la presidencia por el General José Antonio Páez, su decisión fue renunciar por considerar que el origen de su poder estaba en la fuerza del caudillo y no en las bases de la constitucionalidad.
Siguió activo como profesor universitario y desde la Dirección de Instrucción Pública promovió e introdujo importantes reformas en materia educativa. En 1853 viajó a la ciudad de Nueva York donde falleció al año siguiente, el 13 de julio.