Un robot recolector de tomates

Publicado : 18 septiembre, 2023

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Los científicos buscaban que ChatGPT no solo diseñara un robot, sino que querían que el ingenio fuera útil. Por eso, la primera pregunta que le hicieron al chatbot fue la siguiente: “¿Cuáles son los mayores retos de futuro para la humanidad?”.
Por Saraí Coscojuela

Un equipo de investigadores de la Universidad Técnica de Suiza (EPFL) quiso explorar las posibilidades que tiene la Inteligencia Artificial de ChatGPT, por lo que se preguntaron si sería capaz de diseñar un robot.

Los científicos buscaban que ChatGPT no solo diseñara un robot, sino que querían que el ingenio fuera útil. Por eso, la primera pregunta que le hicieron al chatbot fue la siguiente: “¿Cuáles son los mayores retos de futuro para la humanidad?”.

Finalmente, eligieron el suministro de alimentos como reto y, mientras charlaban con ChatGPT, se les ocurrió la idea de crear un robot que recolectara tomates.

El equipo siguió todas las indicaciones que ChatGPT le daba. Francesco Stella, uno de los investigadores, señaló que las aportaciones del chatbot fueron especialmente valiosas en la fase conceptual.

“ChatGPT amplía los conocimientos del diseñador a otras áreas de especialización. Por ejemplo, el robot de chat nos enseñó qué cultivo sería más valioso económicamente para automatizar”, añadió.

También dio sugerencias útiles para la fase de ejecución como, por ejemplo, la elección del material de que estaría compuesta la pinza que recogería los tomates.

El resultado de esta colaboración entre humanos y la Inteligencia Artificial es un brazo robótico capaz de recoger tomates.

Los investigadores calificaron de positivo y enriquecedor el proceso de diseño colaborativo. Se dieron cuenta que con ChatGPT su papel como ingenieros se situaba en las tareas más técnicas.

Los investigadores explicaron, en la revista Nature Machine Intelligence, los distintos grados de cooperación entre humanos y grandes modelos lingüisticos (LLM), como ChatGPT. 

En el caso del robot recoge tomates, el LLM actúa como investigador e ingeniero, mientras el humano actúa como gestor, encargándose de especificar los objetivos de diseño.

Los ingenieros usarán este proyecto para continuar con sus investigaciones sobre robótica. También quieren diseñar nuevos robots con LLM. 

Actualmente, están centrados en la autonomía de las IA para diseñar sus propios cuerpos. 

“En última instancia, una cuestión abierta para el futuro de nuestro campo es cómo pueden utilizarse los LLM para ayudar a los desarrolladores de robots, sin limitar la creatividad y la innovación necesarias, para que la robótica esté a la altura de los retos del siglo XXI”, concluye Stella.

 

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