Una de las más notables confrontaciones en nuestro béisbol, la protagonizaron los equipos Japón y América, en el estado Lara, durante las décadas de 1930, 1940 y parte de la de 1950.
Javier González
Una de las más notables confrontaciones en nuestro béisbol, la protagonizaron los equipos Japón y América, en el estado Lara, durante las décadas de 1930, 1940 y parte de la de 1950. Fueron más de 20 años de pasión desbordada en cada choque entre estas dos divisas.
El América fue fundado en Barquisimeto en 1927 por un grupo de jóvenes de clase media, y cinco años más tarde, en la misma población, otro grupo de muchachos, pero de extracción popular, constituyó una novena a la cual le pusieron el nombre de Japón.
Desde 1933, hasta comienzos de los años 50, ambos equipos sostuvieron una encendida rivalidad de claros visos sociales y políticos, bien porque una representaba a la “clase alta” y la otra a los “pobres”, o bien porque los parciales del Japón pensaron que el nombre del equipo América se debía a que sus integrantes apoyaban a los Estados Unidos durante la época en que esta nación se opuso a la invasión japonesa en China. Durante esos años la rivalidad llegó a niveles inimaginables.
Antes de los encuentros entre estos dos clubes, las calles de Barquisimeto se alborotaban con desfiles de personas vestidas de amarillo o con lazos del mismo color sobre sus brazos si su equipo predilecto era el Japón; y vestidos o con lazos color escarlata si la novena de su preferencia era el América.
Por si eso fuera poco, los juegos eran animados por la famosa y recordada orquesta Mavare, una de las agrupaciones musicales más importantes del país. La Mavare dejó para la posteridad dos himnos dedicados a estos equipos.