Bancarización

El grado de bancarización en una economía o mercado puede analizarse desde diferentes perspectivas, aportando cada una de ellas elementos interesantes que asisten la toma de decisiones.

En primer lugar, se puede analizar el grado de bancarización considerando el peso relativo de ciertas magnitudes agregadas en el conjunto de la economía (por ejemplo, depósitos o préstamos), aportando elementos sobre la profundidad del desarrollo de los servicios bancarios en la economía.

Desde otro ángulo, se puede considerar como indicativo del nivel de bancarización en un mercado la utilización y difusión de ciertos servicios bancarios en la población. De este modo, se obtiene información sobre el nivel y extensión de uso de servicios bancarios como las cuentas bancarias, las tarjetas de crédito y débito, etc.

Por último, existe otra dimensión no menos importante: la cobertura geográfica, brindando información sobre el nivel de homogeneidad en el territorio de la llegada de servicios bancarios.

El nivel de utilización de servicios financieros de la población es sumamente relevante tanto para estrategias comerciales y desarrollo de productos bancarios y de seguros, como para la instrumentación de políticas públicas. El crédito y los seguros constituyen sin dudas servicios fundamentales para el progreso social y económico de una comunidad.

En definitiva, es justo decir que la bancarización, como fenómeno complejo, debe analizarse en forma integral para poder llegar a las decisiones estratégicas más adecuadas.

El nivel de bancarización se refiere al uso masivo del sistema financiero formal por parte de los individuos, para la realización de transacciones financieras o económicas incluyendo no solo los tradicionales servicios de ahorro y crédito, sino también la transferencia de recursos y la realización de pagos a través de la red bancaria formal. Así, el concepto se relaciona con el acceso a los servicios financieros por parte de la población.

Si bien la bancarización es una actividad que ha estado presente en la sociedad desde hace mucho tiempo, sólo en los últimos años ha ganado importancia, gracias al reconocimiento que se le ha dado al sector financiero como elemento que contribuye al desarrollo humano.

Esto último debido a que el acceso a los servicios financieros permite ampliar la liquidez de las empresas y los agentes, contribuyendo a incrementar su gasto privado, inversión, y por lo tanto la productividad del país.

Para el caso específico de América Latina, la situación no es muy favorable, ya que además de que el conocimiento de los agentes con respecto a los servicios financieros es bajo, las diferentes crisis económicas acentuaron el bajo nivel de bancarización.

Para intentar revertir esta tendencia, en varios países se intenta la implementación de políticas económicas con miras a incrementar el acceso a los servicios financieros de su población, como es el caso de Chile, Brasil, México o Colombia.

Fuente: Bancayriesgo

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