Las matemáticas y la poesía

Publicado : 31 mayo, 2017

Categoria : Sin categoría

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Por: José Pulido

Las matemáticas sirven de manera constante al ser humano, inclusive a quienes entienden poco de números. Se necesitan números para investigar, analizar, calcular y también para controlar lo que se gana y lo que se invierte o lo que se pierde. Las matemáticas están presentes en las estadísticas, en las claves de las tarjetas electrónicas, en los documentos de identidad y todo lo demás. Cada ciudadano, aunque lo rechace, es un número, una cifra. En su trabajo, en su gremio, en su teléfono.

Hasta la gente más humilde y sin estudios usa las matemáticas. Hay quienes sin saberlo, utilizan el triángulo de Pascal para adivinar los números que saldrán en las loterías. Triángulo_de_Pascal.svgEl triángulo de Pascal es una representación de los coeficientes binomiales ordenados en forma triangular

Pero la poesía ¿qué utilidad puede tener en estos tiempos? La misma que ha esgrimido en todas las épocas. Sirvió para que las religiones resultaran indispensables y fascinaran a millones de personas porque los libros sagrados son intensamente poéticos.

La Biblia es una idea extraordinaria, según Borges, porque  son varios libros en uno solo. Biblia significa precisamente eso: los libros. El pueblo judío dice que la Biblia fue escrita por un autor único llamado Dios. En todo caso, la poesía predomina en sus páginas.

Cuando la belleza de un atardecer puede verse a través de las palabras surge la poesía. En la religión, uno de los ejemplos de poesía más contundentes y conocidos es el que encarna el poema que escribió Jesús. Él, para enseñar a rezar a sus discípulos creó el Padre nuestro. Aunque los apóstoles Lucas y Mateo expresaron dos versiones algo diferentes:

 

LUCAS

Padre,

santificado sea tu Nombre,

venga tu Reino,

 

danos cada día nuestro pan cotidiano

y perdónanos nuestros pecados

porque también nosotros perdonamos

a todo el que nos debe,

y no nos dejes caer en la tentación.

 

MATEO

Padre nuestro que estás en los cielos

santificado sea tu Nombre;

venga tu Reino;

hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.

 

Nuestro pan cotidiano danos hoy;

y perdónanos nuestras deudas

así como nosotros hemos perdonado

a nuestros deudores;

 

y no nos dejes caer en la tentación,

más líbranos del mal.

 

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