#UnPocoDeHistoria: La Nacionalización petrolera

Publicado : 8 abril, 2015

Categoria : Sin categoría

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El traspaso del negocio de las transnacionales al Estado venezolano registró interesantes experiencias. Cuatro meses después de nacionalizada, la empresa estatal, apareció el primero de enero de 1976, sin tener clientes en el mercado internacional. Estos son los primeros episodios.

 

José Suárez Nuñez

 

El 31 de diciembre de 1975 estaban reunidos en el edificio de Creole, en la Avenida Leonardo da Vinci, de la urbanización los Chaguaramos los petroleros que habían sido designado para asumir el mando de la nacionalización petrolera, esperando una respuesta del presidente de la República, Carlos Andrés Pérez, quien había nacionalizado el petróleo el 30 agosto de ese año, pero faltaban algunas cosas más para que los criollos tomaran el mando del negocio.

 

La reunión estaba presidida por el general Rafael Alfonzo Ravard, quien había presidido exitosamente la presidencia de las empresas de Guayana. Aún no tenían sede, y el  general Alfonzo pensaba arrancar  discretamente, sin edificios ostentosos, utilizando las instalaciones que dejarían las transnacionales, Exxon, Shell, Mobil y otras compañías. Pero faltaban muchas cosas por hacer aunque ya los ejecutivos de las transnacionales habían hecho las maletas.

 

Había algunas cuestiones por resolver que correspondían al Estado que era el dueño del petróleo. En unas horas más, el 1 de enero de 1976, los venezolanos serían dueños de su petróleo, con el que estaba bregando desde 1916, aunque aún no habían firmado ningún contrato de exportación. La reunión en Miraflores era vital, porque el presidente Pérez estaba negociando con las compañías su disposición  a comprar el petróleo venezolano  y el precio que pagarían.

 

Faltaban minutos para las doce de la noche y supuestamente había tensión en aquella oficina del penthouse de Creole que había conservado los mismos muebles de los primeros exploradores petroleros que habían llegado al país, entre otros, unos ceniceros grandísimos de cristal – los iniciales texanos perforadores de Creole fumaban los grandes puros durante las reuniones. Había un poco más de dos millones de barriles esperando sin dueño aún  en los tanques de almacenamiento del Lago de Maracaibo, Punto Fijo, Puerto La Cruz y otros sitios. El crudo recorría los oleoductos y todo seguía igual.

 

Al faltar unos minutos para las 12 de la noche, es decir, los últimos minutos del año 1975, el teléfono repicó y el general Alfonzo levantó la bocina y pasó unos largos segundos – que se convirtieron en varios minutos-  conversando, y sólo respondía en intervalos, moviendo la cabeza como asintiendo lo que le informaba el presidente Pérez. Algunos de los que estaban allí presentes comentaron que originalmente estuvo muy circunspecto, y después al colgar el teléfono se sonrió y dijo: “el presidente me informó que la Exxon había firmado el contrato y compraría el mismo volumen de crudo”.

 

Los presentes estaban aún incrédulos cuando apareció una botella de champán y con vasos de desechables brindaron por la ocasión.

 

Días después la Shell firmó el contrato de suministro,  posteriormente la Gulf – que en Venezuela operaba bajo el nombre de Mene Grande- y así sucesivamente las 14 compañías que habían quedado en el país, después que el 30 de agosto de 1975 se firmó se firmó la nacionalización y se creó Petróleos de Venezuela.

 

Originalmente había varias posiciones que no fue fácil conciliar. Ya el Gobierno había creado con anticipación la Corporación Venezolana del Petróleo, que era una firma estatal que competía con las transnacionales y que también tenían estaciones de servicio.

 

Otros querían bautizarla como PetroVen y sobre esa ruta marcharían unos días, pero surgió un venezolano que comerciaba con lubricantes en las islas del Caribe, que había registrado el nombre. La gestión fracasó porque el paisano pedía 9 millones de dólares por ceder el nombre. Muchos estuvieron de acuerdo en pagárselo y otros en nacionalizar también el nombre. El general Alfonzo en aquellos dijo “no me gusta arrancar la empresa nacional con una deuda de 9 millones de dólares”. Entonces surgió ponerle Petróleos de Venezuela con las siglas de PDVSA, que era el mismo nombre que estaba en los estatutos de la compañía.

 

Ya se había nacionalizado el petróleo y se había creado Petróleos de Venezuela. Había 23 concesionarias, pero existían 3 gigantes que eran los grandes productores : Creole, Shell y Mene Grande, filiales de ExxonMobil, Royal Dutch Shell y Gulf, respectivamente.

 

Las 23 compañías nacionalizadas eran:

 

Amoco Venezuela Oil Compan ; Sinclair Venezuela Oil Company; Venezuelan Atlantic Refining Company ; Chevron Oil Compay of Venezuela; Eastern Venzuelan Gas Transport Company; Texas Petroleum Company; Caracas Petroleum Company; Coro Petroleum Company; Texaco Maracaibo Incorporated;  Creole Petroleum Corporation; Mobil Oil Company de Venezuela; Compañía Shell de Venezuela; Continental Oil Company of Venezuela; Mene Grande Oil Company; International Petroleum Limited; Venezuelan Gulf Refining Company; Venezuelan Sun Oil Company; Charter Venezuelan Petroleum Company; Phillips Petroleum Company;  SA Petroleum Las Mercedes; Talon Petroleum CA y Mito Juan Concesionaria de Hidrocarburos.

 

Estas 23 empresas concesionarias fueron fusionadas en 14 compañías. Luego, para los efectos operativos, las redujeron a cuatro: Lagoven, Maraven, Corpoven y Meneven, con el fin de racionalizar las operaciones. Estas quedaron como 4 empresas integradas. En 1986 fue eliminada Maraven. En 1998 todas fueron fusionadas y se convirtieron en PDVSA como operadora de todas las actividades de exploración, producción, refinación y comercio.

 

Las últimas tres de la relación, Las Mercedes, Talon y Mito Juan fueron la excepción. Eran compañías de capital venezolano, con acciones que valían hasta 20 bolívares y operadas por venezolanos que habían trabajado en las transnacionales . Tenían una modesta producción, que peleaban contra las transnacionales, pero fueron nacionalizadas sin ningún tratamiento especial.

 

Hay un detalle curioso. En los primeros días de la nacionalización la mayoría de los técnicos que trabajaron en la venezolana estatal Corporación Venezolana del Petróleo fueron incorporados a Corpoven. En el argot popular a Corpoven la bautizaron como “Bojoteven”.  Pero en la década de los años 90, muchos años producía el barril de petróleo más barato de la industria.

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